El Estado de Chile, miembro desde julio de 1953 de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), suscribe a través de la presentación de antecedentes de manera voluntaria su deseo de que partes de su territorio, debido a sus cualidades bioculturales, tenga el reconocimiento de ser Reservas de Biósfera. La incorporación de esta categoría a la gestión territorial hace patente la adscripción a los objetivos de la UNESCO en razón de las Reservas de Biósfera; Generar modelos de Desarrollo Sostenible, Comunicar experiencias y lecciones aprendidas, Evaluar y Gestionar políticas y planificaciones de calidad en las Reservas de Biósfera, Apoyar a los estados miembros en alcanzar los Objetivos de desarrollo sostenible y adaptación al Cambio Climático.